Tenue es una banda ubicada más o menos entre el crust y el emocore formada en la comunidad autónoma de Galicia por el clásico power trio de guitarra, bajo y batería. Su registro musical cuenta con tres entradas mayores: “Demo MMXVII” (enero de 2017), “Anábasis” (julio de 2018) y el presente “Territorios” (marzo de 2021).
He venido siguiendo el trabajo de Tenue desde mediados de 2020 cuando llegó a mis “paraderos virtuales” su disco Anábasis compuesto de 7 canciones cantadas en gallego —si no me equivoco—, cuyo nombre, por cierto, proviene del griego ἀνάβασις y significa “expedición hacia el interior”. Sin duda, un significado muy filosófico y personal desde la perspectiva de la banda, la cual respalda su decisión explicando que esta refleja el comienzo de su viaje interno.
A lo largo de Anábasis, la banda toca temas políticos como se puede ver en su la traducción al español hecha por Silvia de un extracto de Narrenturm, su primer track en el disco:
"Nacidos bajo el yugo de la cultura más violenta, fuimos obligados a alimentar las entrañas del monstruo. Anuladxs bajo la incuestionable sombra de la normalidad, negamos nuestro potencial" (Tenue, 2018).
Y también cuestionamientos personales:
“Nada cambiará hasta que tiremos abajo los mitos que modelan nuestra psique. Hasta que nos desprendamos de esta moral estancada” (Tenue; Mythos, 2018).
Todo esto junto a un típico, pero atípico patrón neocrust el cual muchas veces raya incluso en lo screamo. ¿Por qué típico? Porque este tipo de género —sírvase de una escueta introducción para el lector nuevo en el género— es rico en cambios de tempo, ritmo y emociones, es decir, un segundo lo más hardcore, y al siguiente sale el sol o se avecina una nostálgica tormenta. Entonces, ¿por qué atípico? Bueno, porque dentro de todo el juego del estilo musical, Tenue sí que se distingue de los demás. Hay algo que me llama la atención —no olvidar que la reseña es netamente subjetiva— y simultáneamente hace que me entregue totalmente a su propuesta artística. Encuentro que es la sinergia que tienen como banda la que le da ese toque. Los acordes están muy bien seleccionados, se nota tiempo de composición y condensación de tales pensamientos plasmados en las letras. Escribir una canción no es fácil, es un proyecto, por lo que dudo mucho que hayan sido escritas en un día, sobretodo porque al redactar siempre se incluyen muchas cosas que se quieren tocar, pero en el borrador final se van resumiendo y resumiendo hasta que queda su versión definitiva. Encuentro que lo hicieron perfecto. Los cortes de la batería y la independencia del bajo en algunos temas crean una base perfecta para poder escuchar los gritos de dolor, rabia y subversión que emite esa guitarra. emoviolence, como está puesto en el título del video, es un género muy, pero muy acertado, diría yo. Un disco totalmente redondo y con contenido. Aparte, ni en estéreo ni con audífonos se escucha vacío. La mezcla está tan bien hecha –por parte de Kollapse Estudios (Lugo) e Iván Ferrero- que su sonido envolvente te manda directo a otro plano. Ideal para escucharlo un día melancólico de lluvia e ideal para escucharlo igualmente en un día enérgico y rabioso de verano.
Portada del disco hecha por Victoria Fernández-Oruña.
Páginas web:
Bandcamp (descargar su material digital gratis o con una donación voluntaria, comprar sus copias físicas, leer las letras de sus canciones en gallego, español e inglés, escuchar sus otros discos, etc.)
Redacción: Aegis-
Comentarios