Doctor Distôrsión irrumpe en escena con “El Refugio del Rayo”: un debut cargado de oscuridad, rabia y redención

Doctor Distorsión irrumpe en escena con “El Refugio del Rayo”: un debut cargado de oscuridad, rabia y redención

En un giro que muchos llevaban esperando con ansia, la criatura conocida como Doctor Distôrsión finalmente ha dado sus primeros pasos públicos con el lanzamiento de su primer álbum, El Refugio del Rayo, una obra que no sólo presenta su identidad sonora, sino que propone un manifiesto: no importa cuánto te arrastre la oscuridad interior, siempre hay una luz que habitar.


La banda, que se autodenomina “heavy metal zombie”, ha gestado una atmósfera tan siniestra como poderosa en este primer asalto. Desde los adelantos que ya habían visto la luz —temas como “El octavo pasajero”, “Testamento” o “Súcubo”— hasta la versión íntegra disponible ahora mismo en plataformas de streaming, el mensaje es claro: no llegan como novatos inocentes, sino como guerreros curtidos en mil batallas internas. 


Los integrantes del proyecto también elevan el truco teatral como pilar estético: los alter egos Pilar Sánchez Miranda (bajo), Capitán Nemo (batería), Lucky Distorsión (guitarra/voz/efectos) y el enigmático Doctor Terror (voz principal y guitarra) se mezclan entre realidad y ritual. Su discurso lírico, centrado en demonios personales, autoexploración y ese “viaje hacia la llave interior” que permite salir de los abismos, conecta con los oyentes que transitan por senderos de introspección y catarsis. 

En el seno de Doctor Distôrsión late la unión de músicos veteranos que han transitado por múltiples proyectos anteriores, lo que da al nuevo grupo una madurez y solidez poco habituales en un debut. El líder, Doctor Terror no es un recién llegado: ya ha trabajado como locutor de La Voz del Terror en Radio GetafeVoz, y ha formado parte de bandas con recorrido como El Pecado, Paraelissa o Huracán Paquito, que en cierto modo este proyecto es continuidad o tiene algún punto en común con estas mismas. 

Por otro lado, Lucky Distorsión proviene de Eternal Psycho, banda de Madrid que practica un sonido entre metal industrial, voces guturales y limpias, secuencias electrónicas, con bastante presencia en la escena estatal desde al menos 2017.  En Eternal Psycho, Lucky aporta guitarra, efectos, secuencias, programación, y alterna registros vocales oscuros con limpios. Su experiencia allí aporta al nuevo proyecto una base de composición moderna, agresiva y con cuidado por la producción. 


El resto de la formación —Pilar Sánchez Miranda al bajo, Capitán Nemo en batería, y otros compañeros bajo los seudónimos Mirânda y Capitán Nemo— también suman experiencias previas en las que han pasado por bandas como Suite Anhelo, The Circus, D-Bilix y otras formaciones que han moldeado su manera de trabajar en directo, la composición y la producción.

El álbum no es sólo un estreno ornamental, sino un disparo metálico cargado de energía visceral. Este álbum nació en apenas un año de trabajo intenso, partiendo de un vínculo musical antiguo con Lucky Distorsión y una idea clara de contundencia y oscuridad sonora. Las influencias citadas van desde Slayer, Judas Priest, Black Sabbath, Ministry hasta matices más extremos o negros, aunque también con un ojo hacia la crudeza de ciertas corrientes punk o la atmósfera gótica al estilo de Type O Negative. 

Pero no sólo hablamos de un debut en estudio. Doctor Distôrsión prepara el asalto en directo: se avecinan conciertos feroces, descargas oscuras que, según promesas del grupo, dejarán huella allá donde pasen. En estas presentaciones no habrá medias tintas: se espera que el concepto escénico acompañe la narrativa del disco, que los músicos no sean sólo intérpretes sino heraldos de un rito metálico.

El estreno de El Refugio del Rayo marca un paso audaz: no es sólo la primera obra discográfica de Doctor Distorsión, sino la declaración de intenciones de una banda que pretende colocarse en el circuito metálico más genuino, más propio de las bandas anglosajonas y que han querido trasladar en el habla hispana esperando aportar un punto diferente.

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